Sheldon Cooper (The Big Bang Theory), Shaun Murphy (The Good Doctor), Rain Man… El cine y las series encontraron hace décadas un filón en las historias protagonizadas por una colección de personajes extravagantes, maniáticos, intelectualmente superiores a la media en la mayoría de las ocasiones y con un puntito antisocial que los convierte en unos sociópatas encantadores. No suele mencionarse, pero en el ambiente que les rodea siempre flota el Síndrome de Asperger, un trastorno del desarrollo enmarcado dentro del espectro autista (conocidos como TEA) que, en ocasiones, lleva asociado alteraciones neurobiológicas focalizadas en el procesamiento de la información, la inflexibilidad cognitiva y comportamental o dificultades para la interacción social.
La ficción audiovisual protagonizada por personajes con Asperger ha calado hondo en el imaginario colectivo, y es entonces cuando el cliché empieza a convertirse en prejuicio y la patología tipificada, en una caricatura que provoca muchas veces que las familias de niños y niñas con este síndrome se sientan, cuanto menos, incomprendidas por la percepción que la sociedad pueda llegar a tener de sus hijos e hijas. Así que precisamente por eso, porque es urgente derribar los mitos y las leyendas que giran en torno a esta realidad, marcando así los límites entre la verdad y la ficción.
Mito 1: No es autismo.
Falso. El síndrome de Asperger se encuentra en el espectro del autismo, y aunque las personas con Asperger a menudo tienen habilidades verbales y cognitivas normales o superiores, comparten muchos de los mismos desafíos sociales y de comunicación que otros en el espectro. El diagnóstico de Asperger ha sido subsumido bajo el término "Trastorno del Espectro Autista" (TEA) en los manuales diagnósticos más recientes, reconociendo así su lugar dentro del espectro autista.
El síndrome de Asperger y el autismo comparten muchos aspectos, pero se diferencian en algunos puntos clave. En el autismo, los síntomas suelen ser evidentes desde los primeros años de vida, a menudo incluyendo retrasos en el desarrollo del lenguaje. En cambio, los niños con síndrome de Asperger no muestran retrasos significativos en el lenguaje ni en el desarrollo cognitivo. De hecho, pueden tener un nivel intelectual acorde o superior a su edad. Aunque el síndrome de Asperger es una forma de autismo, no todos los autistas tienen Asperger. El DSM-5 ha integrado el síndrome de Asperger dentro del espectro autista, utilizando una clasificación basada en grados para indicar el nivel de apoyo que necesita una persona: Autismo de Grado 1, Grado 2 y Grado 3. Esta clasificación dimensional ayuda a personalizar el tratamiento y el apoyo según las necesidades individuales de cada persona.
Mito 2: Es una condición exclusivamente masculina.
Falso. Aunque históricamente se ha diagnosticado más en hombres, se reconoce cada vez más que el síndrome de Asperger también afecta a las mujeres. Las diferencias en la presentación de los síntomas y los sesgos en el diagnóstico pueden contribuir a que las mujeres sean subdiagnosticadas. Las mujeres pueden presentar síntomas de manera diferente, lo que a veces hace que pasen desapercibidas o sean mal diagnosticadas.
Mito 3: Carecen de empatía.
Falso. Las personas con síndrome de Asperger pueden experimentar empatía, pero pueden tener dificultades para expresarla de manera que sea reconocida por los demás. Suelen tener una empatía cognitiva (entender los pensamientos y sentimientos de los demás) menos desarrollada, pero pueden tener una empatía afectiva (sentir las emociones de los demás) igual o incluso más fuerte que la de personas neurotípicas.
Mito 4: Son pequeños genios.
Falso. Aunque algunas personas con síndrome de Asperger pueden tener habilidades excepcionales en áreas específicas, no todos son prodigios. Este mito puede crear expectativas irreales y ejercer presión adicional sobre ellos. Las habilidades y talentos varían enormemente entre las personas con Asperger, al igual que en la población general.
Mito 5: No entienden la ironía.
Falso. Muchas personas con síndrome de Asperger pueden entender la ironía, el sarcasmo y otros tipos de humor, aunque puede tomarles más tiempo desarrollar esta habilidad. Pueden necesitar más contexto o explicaciones directas para comprender estos matices del lenguaje, pero esto no significa que carezcan completamente de esta capacidad.
Mito 6: Su origen es por una falta de cariño en la infancia.
Falso. El síndrome de Asperger no es causado por la crianza o la falta de cariño. Es una condición neurobiológica con bases genéticas y neurológicas. Este mito es perjudicial y culpabiliza injustamente a los padres, además de desviar la atención de las verdaderas causas y tratamientos adecuados.
Mito 7: No les gusta que les toquen.
Falso. Las personas con síndrome de Asperger pueden tener sensibilidades sensoriales, lo que incluye una aversión al tacto en algunos casos, pero esto no es una regla general. Sus preferencias respecto al contacto físico varían ampliamente, y algunos pueden disfrutar del contacto tanto como cualquier otra persona, siempre y cuando se respete su comodidad y consentimiento.
Mito 8: Tienen poca tolerancia a los cambio.
Falso. Si bien las personas con síndrome de Asperger pueden preferir la rutina y tener dificultades con los cambios, muchos pueden adaptarse con el tiempo y con estrategias adecuadas. La resistencia al cambio puede estar relacionada con la necesidad de previsibilidad y seguridad, pero no significa que no puedan manejar cambios con el apoyo adecuado.
Mito 9: Son antisociales.
Falso. Las personas con síndrome de Asperger no son antisociales; de hecho, muchos desean relaciones sociales y amistades, pero pueden encontrar desafíos en la interacción social debido a dificultades en la comunicación y en la interpretación de señales sociales. Con comprensión y apoyo, pueden desarrollar relaciones significativas y participar activamente en la vida social.
Y una verdad
Cada persona experimenta el Síndrome de Asperger desde su perspectiva. Evidentemente, no es igual experimentarlo en primera persona que ser una madre, un hermano o alguno de los profesionales que trabajan con el colectivo. Sin embargo, en los discursos de todos ellos redunda una idea común, una misma verdad: la de un cerebro con un funcionamiento diferente, que hace percibir y responder al mundo de forma distinta, que genera dificultades en algunos aspectos de la vida y que no es algo que se pueda elegir. Y es Virginia (madre de un adolescente con Asperger) quien mejor remata el concepto:
“Su forma de estar en el mundo no es mejor ni peor, sino diferente, y el día que la sociedad lo entienda, nos irá mucho mejor a todos”.
Para concluir
Es crucial desmitificar las ideas erróneas sobre el Síndrome de Asperger para fomentar una mayor comprensión y aceptación de las personas que viven con esta condición. Al reconocer que el Asperger forma parte del espectro autista y que las personas con esta condición pueden tener experiencias y habilidades muy diversas, podemos promover un entorno más inclusivo y de apoyo. Es fundamental educar a la sociedad para que deje de lado los estereotipos y prejuicios, y en su lugar, se enfoque en las fortalezas y potencialidades de cada individuo. Solo a través de la empatía y el conocimiento podemos construir una comunidad que celebre la diversidad y brinde las oportunidades necesarias para que todos prosperen.
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9 Mitos y una verdad sobre las personas con Síndrome de Asperger.
Fuente: 'Nueve mitos y una verdad sobre los niños con síndrome de Asperger' por José Sanz Mora para El País.
Autor: José Sanz Mora.
Nota: El contenido original ha sido resumido, editado y amenizado por El Mundo de Aspi para facilitar la lectura. Se han añadido colores, imágenes y otros elementos visuales para mejorar la experiencia del lector.
Hermoso artículo